miércoles, 13 de agosto de 2008

Pensando en el autobús.

283, Coslada-Avda. de América. Saco el billete con prisas. Hola, hola. Es el conductor que me llevaba y traía a veces de la facultad. Las dos niñatas que estaban en la parada conmigo dicen "al pleni" y pagan con mucha torpeza. La rueca, de Marea. Hoy las matrículas suman muy bien, y las horas que pillo también, creo que sólo van dos diecisietes. Este autobús me recuerda tanto a él, aunque nunca le he visto dentro de uno de estos. No sé porqué sigue apareciendo a veces en mi cerebro, y tiene menos sentido aún teniendo en cuenta que no hay posibilidad de verle hoy. Otro dieciséis, sigo con mis absurdas supersticiones. Los anuncios de la carretera pasan de largo y yo recuerdo mis días de universidad. La senda del tiempo, de Celtas Cortos. Ya llega la rotonda más absurda del mundo, la hacemos y salimos por donde entramos, pero directos a la parada en la que las dos niñatas que iban "al pleni" se bajan. Dos kinkis que también compartían autobús conmigo se bajan también. Creo que me ha vibrado el móvil. Ah, no, era el movimiento del autobús. Debería venir algún día al Plenilunio a comprarme ropa. Tengo quince minutos para llegar a Diego de León, no me da tiempo. Voy a llegar tarde, para un día que quedo a menos de una hora de mi casa...Si no me veo no me creo, de Celtas Cortos. Sonrío ante la frase que suena en mis oídos(donde todos me miraban con cara de jabalí, grrrrrrrrrrrr) y vuelvo a ponerme seria. Él ha aparecido de nuevo en mis pensamientos. Sigo sumando matrículas. Canillejas, ¿cuándo piensan terminar esta obra? Creo que aunque sea una parada voy a coger el metro, ya llego bastante tarde. Hotel Avda. de América. Ya estamos llegando, veo el enorme reloj. 17:53, suma dieciséis. Pasaré una buena tarde, seguro. Siempre estoy soñando, de Fito y Fitipaldis. Ya me sumerjo en el túnel. Nos podía dejar más cerca del metro, joder. Qué calor hace en Avenida de América. Pero ésa es otra historia.

sábado, 9 de agosto de 2008

El todo

"El todo es igual a la suma de las partes sólo si las partes se ignoran entre sí" Almudena Grandes, El corazón helado.

Por extraño que suene que algo así salga de mi boca(de mis manos en este caso), se trata de una ley de la Física. Una de las pocas que consigo comprender sin necesidad de aplicar una fórmula de forma irracional como me ocurría con esta asignatura en el instituto. Y es que en este caso esta ley esta explicada por una gran escritora como es Almudena Grandes, metida en la piel de un profesor de Física de la Universidad Autónoma de Madrid, Álvaro Carrión. Y la explicación, traducida a mis palabras, se basa en el siguiente ejemplo:

Dos niños lloran en habitaciones consecutivas. Si la puerta que une las habitaciones está cerrada, el todo será igual simplemente a la suma de los dos llantos. Sin embargo, la puerta puede abrirse, y a partir de ahí las cosas se pueden desarrollar de muy diferentes modos. Imaginemos, que al oír el llanto del otro niño, uno de ellos va en su busca, y, motivado por su enfado le pega. El otro niño enfadado le devuelve la sacudida y así se meten en una pelea en la que ambos acaban llorando más fuertemente. En este caso el todo es mayor que la suma de las partes. Si en cambio lo que ocurre es que al oír el llanto del otro niño, uno de ellos decide ir en su busca y jugar con él, ambos dejarán de llorar y el todo será ahora menor que la suma de las partes.

Cierto, es una ley de la Física sin más, pero yo le encuentro bastante relación con la vida que llevamos, o por lo menos que llevo, a nivel no sólo físico sino emocional y también la veo bastante unida a lo que explicaba yo en mi entrada anterior sobre lo "abejitas" que somos.

Sin más un zumbido con un poco de miel de mi hexágono.

viernes, 8 de agosto de 2008

Bienvenidos a la colmena

Eso es lo primero darles la bienvenida a mi blog e informar de que es un honor para mí ser leída por ustedes.
Y lo inmediatamente necesario después es explicarme. Explicar el nombre del blog. Enhorabuena para quienes hallan pensado en el libro de Camilo José Cela, han dado en el clavo. Leí ese libro el año pasado, y aunque me pareció bastante bueno en general lo que más me impresionó fue el nombre. La colmena. La vida humana es realmente así, una colmena. Cada uno tenemos nuestra función y nuestra pequeña parcelita para ejercerla, somos recompensados cuando actúamos bien y castigados cuando lo hacemos mal, tenemos jerarquías, todos sabemos quién vale más y quién menos aunque no todos estemos de acuerdo en que eso contunúe así...Y lo más importante, nuestras vidas se cruzan constantemente y a veces ni siquiera somos conscientes de a quién tenemos al lado, quizá nos hayamos cruzado con la "abejita" de nuestros sueños y ni siquiera hayamos levantado la vista, quizá nuestro verdadero padre un día se haya chocado con nosotros y nos hayamos disculpado y seguido nuestro camino, tal vez la persona que podría solucionar la duda que tanto te corróe acaba de salir de la panadería en el momento en que tú entrabas...y sin embargo la vida sigue adelante, se forma, se construye, parece completa, aunque en muchas ocasiones falten piezas tan fundamentales como una pareja, un padre genético o una solución.
Para hacerles reflexionar más a fondo sobre este tipo de cuestiones y otras muchas que se me vayan ocurriendo he creado este blog. Porque espero ayudar a alguna abejita a volar más lento y más atenta la próxima vez.

Un saludo a todos.