"El todo es igual a la suma de las partes sólo si las partes se ignoran entre sí"
Almudena Grandes, El corazón helado.Por extraño que suene que algo así salga de mi boca(de mis manos en este caso), se trata de una ley de la Física. Una de las pocas que consigo comprender sin necesidad de aplicar una fórmula de forma irracional como me ocurría con esta asignatura en el instituto. Y es que en este caso esta ley esta explicada por una gran escritora como es Almudena Grandes, metida en la piel de un profesor de Física de la Universidad Autónoma de Madrid, Álvaro Carrión. Y la explicación, traducida a mis palabras, se basa en el siguiente ejemplo:
Dos niños lloran en habitaciones consecutivas. Si la puerta que une las habitaciones está cerrada, el todo será igual simplemente a la suma de los dos llantos. Sin embargo, la puerta puede abrirse, y a partir de ahí las cosas se pueden desarrollar de muy diferentes modos. Imaginemos, que al oír el llanto del otro niño, uno de ellos va en su busca, y, motivado por su enfado le pega. El otro niño enfadado le devuelve la sacudida y así se meten en una pelea en la que ambos acaban llorando más fuertemente. En este caso el todo es mayor que la suma de las partes. Si en cambio lo que ocurre es que al oír el llanto del otro niño, uno de ellos decide ir en su busca y jugar con él, ambos dejarán de llorar y el todo será ahora menor que la suma de las partes.
Cierto, es una ley de la Física sin más, pero yo le encuentro bastante relación con la vida que llevamos, o por lo menos que llevo, a nivel no sólo físico sino emocional y también la veo bastante unida a lo que explicaba yo en mi entrada anterior sobre lo "abejitas" que somos.
Sin más un zumbido con un poco de miel de mi hexágono.