En absoluto. Hoy terminan mis dieciocho años y empiezan mis diecinueve y, como es normal en estas épocas no puedo evitar echar la vista atrás para repasar este año. Y puedo asegurar que no ha sido uno más. Ha sido mucho más que eso.
Los dieciocho empezaron con un "kit de universitaria" creado por mi hermana, que ya me precedía en la profesión y en la facultad. Todo comenzó con emoción y nerviosismo, quizá también algo de ansiedad por cambiar de una vez de aires. el último año había sido desastroso y necesitaba nueva gente, un lugar nuevo, y nuevas formas de tomarme la vida. Y con esas ganas de empezar aguanté desde el 24 de Septiembre(tal y como hoy), hasta el 2 de Octubre. Ese día mágico en el que quedé con la única amiga de mi carrera que ya conocía y nos dirigimos muy nerviosas hacia la facultad. Ese día mágico en el que un chico con bastante acento nos miró y nos dijo: ¿De dónde sois?. A partir de entonces todo ha dado muchas vueltas, si mi cerebro no hubiera girado al mismo ritmo que mi mundo posiblemente me hubiera mareado, pero como yo estaba ya tan dispuesta a que todo cambiara lo único que ocurre es que ahora me sorprendo de que sólo haga un año de que conozco a algunas personas que ahora son infinitamente importantes para mí. Ahora me asombro de verme llorar porque no puedo estar con algunos en clase, pensando: estuviste diecisiete años sin ellos. Ya, pero ahora no puedo.
Este año he aprendido más que nunca. Y no sólo hablo de que lo más importante de las noticias va en el lead, sino de todo.
He aprendido que la visión que tenemos de la vida puede cambiar de un día para otro. He aprendido que no soy la única que piensa con el corazón. He aprendido que hay canciones que duran toda una noche, todo un día, toda una vida. He aprendido que los colores del arcoiris pueden quedar mejor que el negro de las tormentas. He aprendido que siempre, por mucho que me haya endurecido a lo largo de los años, siempre volveré a caer en el error de querer a alguien equivocado. He aprendido a reír por cosas sin gracia y he olvidado cómo se llora cuando algo no te da pena. Sin embargo sé llorar cuando algo te hace feliz. He aprendido que el lugar más simple puede ser el más importante. En fin, creo que este año he crecido.
Bienvenidos todos a mi vida de los diecinueve. A partir de aquí, siempre adelante.
Un beso abejitas, y gracias por vuestros detalles.
Mujeres al descubierto. Katalin Karikó, bioquímica.
Hace 10 horas